“Lo Ferro une su alma a Jerez con el cante de José Mercé y La Macanita”.
Las noches del Festival de Lo Ferro tienen un sabor especial, el de la brisa del mar que se adentra en los campos pachequeros, el de la luz de la luna y el del cante jondo. Además, el martes 23 de julio de 2024, esa unión de sensaciones se aleó con el sabor añejo del cante de Jerez.
Dos de sus artistas con más enjundia, José Mercé y La Macanita, regalaron una noche inolvidable a una afición que colgó el cartel de “No hay billetes” y que disfrutó del cante sin edulcorar, de la esencia del flamenco.
Abrió la noche Tomasa Guerrero, “La Macanita”, con el toque de Manuel Valencia, por malagueña, jonda y doliente, para arrebatar al público ferreño en el comienzo de la segunda gala de la 44ª edición del Festival de Lo Ferro.
Continuó por tientos tangos, soleá y seguiriyas, que dijo por derecho. Remató su vuelta a las tablas de Lo Ferro por bulerías jerezanas para terminar de derretirnos a su compás, a su batir de alas flamencas.
Tras el cante de “mi sobrina, la Macanita”, llegó el homenaje a José Mercé con la entrega de la “Medalla de Oro” del Festival de Lo Ferro por su inmaculada trayectoria. Un Mercé agradecido y emocionado reivindicó la esencia y las raíces del flamenco y de un festival que lo esperaba con los brazos abiertos.
La voz del jerezano resonó, despacito y profunda, por primera vez en Lo Ferro por soleá para remover los cimientos de nuestro recinto de verano. Seguiriyas y fandangos para rebuscarse y encontrarse con Lo Ferro a sus pies, abierto en canal. Por alegrías arrebató al patio ferreño continuando por bulerías con una pataita de la casa de las que quitan el sentío. Con “Aire” y “Al Alba” remató una actuación antológica con la que nos hizo felices.