En los próximos días finalizan las obras de restauración del Molino de El Tío Facorro.
Con un presupuesto de 48.000 euros, la restauración pretende recuperar su funcionalidad.
El alcalde de Torre Pacheco, Antonio León, acompañado por el concejal de Urbanismo, Alberto Galindo, y el concejal de Cultura y Turismo, Raúl Lledó, así como miembros de la Corporación Municipal, técnicos municipales, y el director de la empresa PEGIRO, Cecilio Almagro y la arquitecta de la empresa, Caridad Martínez, realizaron una visita para supervisar las obras de rehabilitación que se están llevando a cabo en el Molino del Tío Farroco.
Desde el pasado verano, el Ayuntamiento de Torre Pacheco está llevando a cabo las obras de conservación del molino harinero de “El tío Facorro” ubicado en el centro de la localidad.
Un proyecto de conservación y restauración encaminado a preservar la maquinaria existente a través de la reparación de las partes dañadas de la misma y la reconstrucción de aquellas que han desaparecido o son inservibles, todo ello con el fin de poner en funcionamiento este patrimonio industrial que es Bien de Interés Cultural.
Antonio León destacó el importante legado cultural con el que cuenta el Campo de Cartagena, con más de 200 molinos de viento, de los cuales 15 se encuentran en el municipio de Torre Pacheco. Además, puntualizó que algunos de estos molinos son de titularidad municipal, como es el caso del molino de “El Tío Facorro”, adquirido por el consistorio hace 30 años, pero que dejó de funcionar por numerosas deficiencias. Una obra muy demandada y que cuenta con una subvención por parte de la Dirección General de Bienes Culturales de la Comunidad Autónoma, añadió León.
Las intervenciones se han basado en la reposición de los elementos que hace que el molino desarrolle sus funciones en movimiento. Una actuación consiste en la recuperación de la posición de la piedra de la fuéllega, que es el apoyo del eje principal, con ello se corrige la directriz que permite el movimiento de los palos de las velas. Para ello se han repuesto las piezas de madera sobre las se coloca dicha piedra. También se ha repuesto totalmente el PALO GUÍA de 13 metros de longitud, que es el elemento característico de los molinos de viento destinado a girar el chapitel y posicionar las velas de cara al viento.
Durante la intervención y analizados los elementos originales del molino, se ha comprobado que ha sido atacado por xilófagos de todo tipo: termitas, carcomas y hongos de la madera que están siendo tratados progresivamente, y durante un periodo siguiente de 2 años.
La primera referencia de este monumento histórico data de 1838. El molino de “El Tío Facorro”, con una antigüedad de 182 años, cuenta con una planta del edificio de forma circular, mientras que su cuerpo troncocónico y cubierta se elevan un total de 11 metros desde la base. Los molinos de viento de moler cuentan con la torre, maquinaria, chapitel, palos, velas y todo el espacio circundante al molino necesario para que éste pueda funcionar.
Actualmente, las obras se encuentran en fase de pinturas y tratamientos de la madera, concluyéndose en las próximas semanas.